Ferdinand de Saussure (1857-1913) posee un lugar especial en la historia de la ciencia, es el lingüista que pasó a la historia por ser el autor de un libro que él mismo no escribió. En realidad, fueron dos colegas suyos, Charles Bally y Albert Sechehaye quienes escribieron una compilación de una parte del contenido de los cursos que Saussure dictaba sobre la lingüística general; lo hicieron bajo el título de Curso de lingüística general, publicada en francés en 1916 y traducida al español en 1945 por Amado Alonso, obra que se convirtió en el libro más influyente de toda la lingüística del siglo veinte.
Era un pensador que concibió un sistema teórico coherente, pero él mismo no se concebía como un teórico del lenguaje; entre varias cosas, porque jamás escribió ni publicó nada diferente a estudios particulares, completamente concretos sobre temas específicos de lenguas determinadas. Aunque, como queda constatado en sus múltiples escritos, le era propio un método didáctico eficaz para hacer comprender el organismo gramatical de las lenguas que enseñaba, jamás se pronunció sobre la manera adecuada de enseñar lenguas.
Hasta 1996 el principal legado de Ferdinand de Saussure, era la obra que él mismo no había editado, el Curso de lingüística general; hoy se le asume con un nuevo auge debido a unos escritos inéditos descubiertos del mismo a finales de los 90’s y publicados en francés en el 2002. De ellos el más conocido bajo el título De la esencia doble del lenguaje.
|
Ferdinand de Saussure. Foto de edición propia. |
A pesar de que durante su vida nunca llegó a publicar lo que originó su gloria póstuma, Ferdinand de Saussure es considerado actualmente como el fundador de la lingüística moderna por la teoría que le explicó a los jóvenes que asistieron a sus cursos de lingüística general, dictados en francés en la universidad de Ginebra. Algunos de esos estudiantes transmitieron a su vez lo que habían recibido, de manera tan eficaz que el discurso del profesor todavía se puede escuchar hoy en día, más de un siglo después. Ante lo cual, muchos se han de preguntar, pero, ¿qué estudia el lingüista?
¿Cuál es el objeto de estudio de un lingüista?
La creencia general habitual entre no lingüistas supone que el objeto de estudio de esta ciencia es un fenómeno relativamente obvio, a saber, el lenguaje. La Lingüística de manera resumida podría definirse sin más, como la ciencia que estudia el lenguaje. Quizá cabría añadir que se trata del lenguaje humano, aun cuando las investigaciones acerca de la comunicación animal podrían no resultarle completamente ajenas.
El periodo de germinación de sus ideas
La creencia general es que las ideas revolucionarias de Saussure sobre la lengua y la lingüística debieron comenzar a incubarse a finales de la década de 1880, pues ya en las lecciones inaugurales de su cátedra en la Universidad de Ginebra expone algunas de ellas que luego refinaría en el manuscrito conocido hoy con el título De la esencia doble del lenguaje; y en los cursos de lingüística general dictados entre 1906 y 1911.
La lingüística a finales del siglo XIX y principios del XX
Hector G. H. Velásquez en su trabajo La Lingüística y su objeto de estudio expresa que,
La lingüística como una ciencia explícitamente independiente aparece, justamente, en el marco de la llamada Gramática Comparada del siglo XIX. Se trata de una época caracterizada por la búsqueda de un “orden” en la actividad científica bajo el doble impulso del positivismo filosófico y del evolucionismo de las ciencias naturales. Las consideraciones iniciales de la gramática comparada suponían que existía una analogía entre los organismos vivos y las lenguas, lo cual se tradujo en un interés central por la evolución de éstas.
Lo anterior, conllevó a que en la segunda mitad del siglo, se acentuara el carácter histórico y convencional de las lenguas, aunque la perspectiva fundamental seguía siendo la búsqueda de los orígenes históricos y el camino recorrido por las lenguas en el transcurrir del tiempo. Esta manera de entender los hechos lingüísticos produjo frutos sumamente interesantes e intuyó la importante noción de sistema, sin llegar, empero, a desarrollarla suficientemente.
Velásquez afirma también que, como consecuencia de ello;
A fines del siglo XIX e inicios del XX, la impresión era la de una atomización de los trabajos sobre el lenguaje y la de la necesidad de un nuevo ordenamiento, pero esta vez desde el interior de la propia actividad lingüística.
Su propuesta de un corpus metodológico hacia una ciencia del lenguaje
Saussure estaba al tanto de estos enfoques y ‘problemáticas, de modo que para él aunque lo abstracto se distinga de lo concreto, la generalización sólo surge del estudio de los hechos particulares y, por consiguiente, el estudio exhaustivo de las particularidades de las lenguas es el primer paso para generalizar sobre el lenguaje humano.
El primer curso es primordial porque en él encontramos, precisamente, una profusión de casos, que ilustran muy bien lo que se afirma, pero sin que hayan sido inventados; al contrario, habían sido constatados y profundamente estudiadoscon anterioridad por Saussure mismo. Estos casos reales no se presentan aislados en el curso:
[…] Cual si fueran los músculos que sostienen un esqueleto, los hechos particulares protegen, envolviéndolo, el método que Saussure utiliza para extraer, de la maraña de ideas de la lingüística de su época, los principios generales. Ese “corpus metodológico” es el tesoro del primer curso: principios generales concretizados en hechos particulares.
El valor del pensamiento saussureano reside pues en que este lingüista no crea una mera teoría, él concibe ante todo un método. La lingüística general de Saussure no es una suma de ideas verdaderas o falsas, como las doxas saussureana y antisaussureana lo proclamaron a lo largo del siglo veinte; lo que Saussure construyó es un conjunto de principios metodológicos ordenados, que sirven para observar y entender cualquier fenómeno particular del lenguaje.
El surgimiento de la Semiología en su Curso de lingüística general
En la actualidad se sabe que el alcance general de ese método sobrepasa la lingüística,
En sus explicaciones del primer curso el profesor ginebrino plasmó un método eficaz, pero también un método reproducible con el que se pueden abordar los fenómenos comparables a las lenguas humanas; o sea, un método científicopara las disciplinas que, como la lingüística, estudian los productos mentales de los seres humanos, disciplinas que Saussure agrupó teóricamente en lo que él llamó la Semiología.
Para acceder a la gran riqueza que encierra el primer curso necesitamos entonces entender que lo que en él encontramos no es simple teoría ilustrada con ejemplos concretos, sino el análisis de problemas particulares de la época, cuya solución lleva a descubrir los principios generales encarnados en ciertas lenguas, poco conocidas entonces y actualmente aún más exóticas.
En este curso, Saussure lleva de la mano a sus estudiantes utilizando el método para examinar en cada tema lo que la lingüística de su época concebía como general, explicándoles al mismo tiempo de manera exhaustiva cada parte del método. A cada paso, se diría que Saussure está aludiendo a los principios generales, pareciera como si para explicar el fenómeno él “aplicara” el principio, pero es más bien, o es también, tratando de entender el fenómeno que Saussure encuentra el principio de explicación.
Este doble trabajo simultáneo da frutos inesperados:
En este primer curso vemos cómo, siguiendo cuidadosamente lo que cada vez afirma con los casos, el profesor va a hacer aflorar, poco a poco, las ideas generales de la masa de ideas confusas vehiculadas en la época. El descubrimiento del acto de hablar es el fruto más visible, principio general que sólo en el tercer curso se va a imponer al lado de la lengua, pero de tal manera que obligaría entonces al profesor a imaginar dos ciencias lingüísticas distintas.
Saussure en la lingüística moderna
A grosso modo ese es el contexto en el que hay que ubicar la importante contribución de Ferdinand de Saussure, a quien muchos lingüistas de nuestro siglo no han dudado en considerar como el fundador de la Lingüística Moderna. Con particular lucidez, Saussure recoge una inquietud que seguramente era compartida por muchos investigadores de la época y se pregunta, sin rodeos, por el objeto “a la vez integral y concreto” de la Lingüística). Reconoce que hay una enorme dificultad para responder a esa pregunta, ya que el lenguaje es “multiforme y heteróclito.
Las categorías saussureanas han devenido en la base de la constitución de la lingüística en ciencia. Todas las corrientes lingüísticas modernas están en deuda con la lingüística sistémica saussureana, o estructuralismo. Es importante resaltar que la concepción de lengua, lenguaje y habla, sistema, sintagma, paradigma, signo lingüístico, de Saussure se han convertido en categorías de todas las corrientes lingüísticas actuales.
Sus propuestas fueron antecedentes importantes para el desarrollo de la lingüística y ciencias afines. Por ejemplo, la propuesta de que se constituya una ciencia futura que se encargue del estudio de los signos en la sociedad, a la cual pertenecería la lingüística, ha servido de estímulo para que surja la semiótica o la semiología (el mismo nombre que él propuso). Además de proporcionar herramientas que hicieron posible esa visión psicolingüística que constituye un antecedente importante de los estudios psicolingüísticos como de la lingüística cognitiva.
Además, Saussure (1996) concibió y describió la lengua como un bien de la colectividad, un producto social,
Un tesoro depositado por la práctica del habla en los sujetos que pertenecen a una misma comunidad, un sistema gramatical virtualmente existente en cada cerebro, o, más exactamente, en los cerebros de un conjunto de individuos.
Por ende, como comunicador y futuro catedrático, comparto que es parte de la misión de los comunicadores como de los docentes fomentar un buen uso de la lengua —en tiempos de tanta decadencia— e implementar estrategias que posibiliten el ’empoderamiento’ del léxico de sus disciplinas para que los que vienen atrás se conviertan en profesionales, no solo con un dominio técnico de sus carreras, sino con gran dominio de las competencias comunicativas.