¿Qué es la religión? Introducción

“Escribimos para saborear la vida dos veces: en el momento y en retrospectiva.”
– Anaïs Nin
Debido a la naturaleza que le es propia, la humanidad ha modificado constantemente su actitud hacia ella —la religión— a través de la historia. Por razones similares, es muy difícil definirla y delimitarla en pocas palabras. Muchos la han denominado como un prejuicio a priori ideológico, que a menudo ha hecho las veces de presupuestos indiscutidos de la existencia —aún contra la evidencia académica—. Basta para entender esto, el recordar que algunos denunciarán en la religión una patología y una ilusión, como en su momento lo hizo Freud.
Foto de edición propia.
Lo que es indudable es que el concepto de religión ha evolucionado —como todo—, a lo largo y ancho de la historia de la humanidad. Algunos no poco osados se han lanzado a afirmar que, las religiones son inventos de unos pocos hombres con el propósito de obtener algún beneficio de un grupo determinado. Podría ser cierto, solo bajo una perspectiva muy pobre y reduccionista. Al otorgarle más valor e inteligencia a unos pocos de la que quizá les haya sido propio.

Muchos son los que comparten la visión que la religión es un fenómeno innato en el hombre. Lo cual podría calificarse de error, puesto que han existido —y aún lo hacen— sociedades que no son religiosas. Ni se han encontrado pruebas de religiosidad en el hombre de la antigüedad —como por ejemplo, del hombre en el paleolítico inferior—. Lo cual podría plantear desde ya una cuestión al respecto, ¿en qué momento de nuestras vidas se hace presente la ‘la necesidad’ de creer en algo o en alguien, es decir, el de ‘adoptar’ una religión? En este punto, los seguidores de Maslow dirían que al hacer parte de las creencias, se hallaría  en un segundo nivel. Esto es una vez satisfechas las necesidades básicas primarias. He de resaltar lo siguiente: que lo anterior es así, si se da por supuesto que la religión, es un pacto de fe que da por hecho la existencia de un ser Supremo. 

De hecho, los psicólogos —en especial los psicoanalistas— consideran a la religión como una especie de fenómeno secundario, el cual es producto de factores psicológicos inconscientes que van desde lo individual hasta lo colectivo. Una especie de concatenación de sucesos que se ven sometidos a un desarrollo evolutivo en el marco de la  historia de la humanidad. 

 

¿A qué puede estar asociada la religión?

A primera vista, una religión está asociada con prácticas y creencias. Cada una de ellas, con un sistema propio de modos que tienen que ver necesariamente con una connotación de relación de gran valor. Esto es una relación diádica —es decir, el carácter múltiple de aquello que está vinculado— entre un sujeto  y aquello en lo que cree y a lo que profesa Fe. El cual le es manifestado ante sí, como una ‘realidad’ más allá de lo finitud individual y mortal, que vendría a constituir en sí mismo el bien humano más alto. Se puede resumir hasta aquí en lo siguiente:

La religión ha de ser un sistema de prácticas que se han racionalizado a través de creencias. De modo que, la realización de tales prácticas por un individuo hace que se encuentre en una relación de profunda significación respecto de una serie de principios que le rigen y que le guían a el bien humano más alto. 

 

Su principal ‘preocupación’

Este radica en el sentimiento de que hay un mal —heterogéneo en nuestras vidas—. Qué bien puede ser la existencia de un ente  al que se le atribuye de manera inequívoca todo lo malo, al ser su fuente, origen y posible destino. O como rasgo característico de este mal, también podría manifestarse, como la carencia de un sentir correcto, pleno y/o debido. 

Los académicos y pensadores por mucho tiempo, han considerado que es en este punto, donde surge la cuestión de lo que representa ¿qué es una visión religiosa? como elemento para responder a la preocupación principal que las suele regir. 

Una visión de carácter religiosa, ha de estar constituida por elementos tanto de carácter teórico como práctico —cómo ya se ha dicho—. Los primeros han de abordar una conceptualización acerca de su principal preocupación —es decir, ese mal heterogéneo—. El cual debe brindar una explicación de cuál es su origen, su naturaleza, sus posibles aspectos, manifestaciones, etc. También en estos de primer orden, deben abarcar aspectos acerca de lo qué es bueno, para que con sus explicaciones deban dirigir la ‘mirada, hacia aquello sobre lo que consiste el bien supremo, que vendría a ser el destino o meta que vislumbra la ‘cura’ o ‘salvación’ al desasosiego que genera su razón elemental por la cual existe. Otro elemento, debe ser sobre brindar una explicación de las formas de transformación a las que podría acceder quién decidiera reorientarse hacia el bien supremo que ella alberga. 

Sus prácticas son guiadas con especificaciones acerca de qué actitudes debe tener o cultivar alguien para conseguir el propósito planteado, así cómo qué actitudes deben evitarse para el’perder’ el mismo. En resumen;
Generalmente, las religiones poseen una ‘agenda’ de prácticas y acciones de variada índole que deben realizarse o evitarse para lograr sus propósitos o en su defecto, para no ‘perderlo‘ o rechazarlo. 
Ahora bien, quién quiera comprender mejor este fenómenos y sus conceptos, es claro que, no podrá hacerlo dejando a un lado las variables mencionadas aquí. Tal ejercicio, resultaría en exceso, superfluo e insulso. Quizá la sociología, la antropología, arqueología y demás ciencias, en el futuro cercano, nos puedan enriquecer con sus aportes el análisis de los orígenes que fundamentan las practicas y creencias religiosas y el por qué no se pueden desligar de dónde y cuándo sea que éstas son, han sido y serán concebidas en la humanidad.  

Lo que plantea el estudio del concepto de religión

Un análisis básico como el que se ha hecho aquí del concepto de religión, nos ha brindado la posibilidad de resaltar la importancia acerca de los conceptos de ‘prácticas’ y ‘creencias’. Pero, algo que no se abordó y que debería motivar esto, es que se debería indagar acerca de lo que se concibe como Dios y/o divinidad, quizá ello nos lleve a aprehender rasgos significativos de algo tan abstracto como lo es la Fe —sí, así en términos generales—. Si lo anterior y lo que motiva lo planteado en esta última parte, no nos incentiva a querer saber más de lo que se ha sido, lo que somos y lo que podremos llegar a ser, algo se habrá hecho mal. Por último, cabe aclarar, que no he pretendido haber dado aquí una respuesta correcta ni definitiva a lo que podría ser aquello que creemos concebir como religión, pero al menos, sí haber dado los primeros pasos hacia ello para textos futuros. 
Camina hacia el futuro

Yeisson X

Médico especializado en Neurología. Abogado con énfasis en Derecho Penal. Bueno, todo eso querían en mi familia. Estudié Comunicación Social – Periodismo, escritor y buen amante.