De izquierda a derecha: Alberto Carrasquilla, Alejandro Gaviria y Sigmund Freud. Foto de edición propia. |
Le sucede al que se dedica al análisis del discurso, como para el psicólogo, lingüista, el poeta y el psicoanalista el reconocer que, la palabra ‘fallida’ siempre dice otra cosa en lo que se enuncia, y en eso precisamente consiste un lapsus, a saber, en un desliz en el habla que acarrea un sentido inusitado, permitiendo advertir que el intríngulis —intención solapada o razón oculta que se entrevé o supone en una persona o en una acción— del decir del sujeto es trastocado por la del sujeto del inconsciente, en la medida que lo excede desde lo más íntimo, imputándole su huella. Uno de los más gloriosos lapsus de estos días lo ilustra un pasaje de la entrevista de Alejandro Gaviria en una emisora al inicio de la presente semana.
Yo conozco a Alberto Carrasquilla hace 25 años. Es, probablemente, la persona que más sabe de política monetaria en el país, conoce ese tema, conoce el Banco de la República por dentro, fue su director de investigaciones económicas en los años ochenta. Es una voz importante en debates que vendrán sobre la independencia del Banco de la República. […] Tuvo un paso polémico por el Ministerio de Hacienda, pero yo creo que es un buen nombramiento. Nadie puede disputar los pergaminos académicos de Alberto.
He dado decenas de entrevistas. Muchos temas. Es difícil tener siempre capacidad de discernimiento. El repentismo lleva con frecuencia a los errores. […] Hermano, no he dormido bien estos días, era la cuarta entrevista, es un tema difícil, pues involucra mi esposa, improvisé una mala respuesta. ERROR. Nos pasa a todos.
En otra respuesta también le dijo a un usuario a través de Twitter al respecto, fue que su mayor error radicó en:
No pensar antes de responder.
Todos tenemos “actos fallidos” —o lapsus—, eso nadie lo puede negar. Pero, aquí lo que se debe sopesar, es quién lo dice y en qué momento. Los precedentes más cómicos y memorables al respecto en nuestra vida política de manera reciente, son por ejemplo, “los penes y los panes” de Maduro o el de María Fernanda Cabal sobre la ‘actual existencia’ de la Unión Soviética.
Si bien los actos fallidos son un concepto que nos lo otorgó Freud, en el que su explicación encuentra sustento en el hecho en que estos son auténticos actos del sujeto en los que la verdad inconsciente toma la palabra para hablarnos, al igual que toma el cuerpo para expresarse a través de los síntomas. Es decir, los actos fallidos son formaciones del inconsciente, pero también son las vías que el inconsciente utiliza para hablarnos. Así que, resulta intrigarte el preguntarse sobre qué nos quería hablar ese lapsus de Gaviria al hacer esas declaraciones. ¿Qué verdad se le ‘escapó’?
Alejandro Gaviria. Ex viceministro de Salud de Colombia y ex rector de la Universidad de los Andes. Actual pre-candidato a la presidencia de Colombia. |
Gaviria nos quiso vender su ‘error’ como si de cualquier lapsus se tratase. Pero, Freud nos enseño que ellos —los actos fallidos— también otorgan la posibilidad para que el inconsciente hable a través de sus formaciones, pero es necesario que alguien lo escuche para ser descubierto en su decir. Es evidente que la primera escucha privilegiada fue ejercida por Sigmund Freud. A partir de ella, el psicoanálisis, en su práctica, permitiría hacer legible al inconsciente, posibilitando la extracción de un saber inédito, en tanto ‘ignorado’ por el sujeto. Ello tendría que ver con el empuje de una verdad reprimida y que no puede ser revelada de inmediato, pero que el acto fallido pone en primer plano. Es la tendencia a manifestarse de una verdad incómoda para el sujeto.
Nuestros actos fallidos son actos que triunfan, nuestras palabras que tropiezan [los lapsus] son palabras que confiesan. Unos y otros revelan una verdad de atrás. En el interior de lo que se llama asociaciones libres, imágenes del sueño, síntomas [y lapsus], se manifiesta una palabra que trae la verdad. (Lacan 1981: 386).
Consiste en servirse de una palabra para otro uso para el que estaba hecha, se la arruga un poco, y en el arrugamiento mismo reside su efecto operacional” (clase del 17 de mayo de 1977, inédito). Entonces, para Lacan, el inconsciente es poeta.
Soy pues para vosotros el enigma de aquella que se escabulle apenas aparecida, […] Yo vagabundeo en lo que vosotros consideráis como lo menos verdadero por esencia: en el sueño, en el desafío al sentido de la agudeza más gongorina y el nonsense del juego de palabras más grotesco, en el azar, y no en su ley, sino en su contingencia (La Cosa freudiana, 1984: 393). Así, las palabras, tanto para el psicoanálisis como para la poesía, se dicen para significar otra cosa.
Alberto Carrasquilla. Ex viceministro de Hacienda de Colombia y recientemente nombrado co-director del Banco de la República. |
Todo acto fallido es un discurso logrado, incluso bastante bellamente construido.