¿Por qué Freud no aprueba el 'lapsus' de Alejandro Gaviria?

“Escribimos para saborear la vida dos veces: en el momento y en retrospectiva.”
– Anaïs Nin
Por allá en siglo XX el psicoanalista más reconocido que haya existido —después de Freud— Jacques Lacan en su lección cuatro del seminario titulado Acto psicoanalítico, en el que intentó realizar un contrapunto que constaba de transitar ese recorrido para que del acto fallido —es decir, lo que comúnmente llamamos lapsus— vaya cerniendo lo fallido del acto, expresaba que, pocas cosas resultan ser tan bien logradas como cuando es un acto fallido.

De manera que, las palabras de Alejandro Gaviria sobre Carrasquilla acerca de su nuevo nombramiento, logró ya de excelente manera evidenciar ese viento turbio y pesado que se avecina desde las laderas de lo que es y será una gestión suya como presidente —si es que lo llega a ser—. Y para ejemplificar el por qué de ello, veremos un breve repaso de cómo las enseñanzas de Freud nos ayudarán a vislumbrar de buena manera hacia ello. Pues, Los actos fallidos hablan. Y lo hacen muy fuerte. 

De izquierda a derecha: Alberto Carrasquilla, Alejandro Gaviria y Sigmund Freud. Foto de edición propia. 

Le sucede al que se dedica al análisis del discurso, como para el psicólogo, lingüista, el poeta y el psicoanalista el reconocer que, la palabra ‘fallida’ siempre dice otra cosa en lo que se enuncia, y en eso precisamente consiste un lapsus, a saber, en un desliz en el habla que acarrea un sentido inusitado, permitiendo advertir que el intríngulis —intención solapada o razón oculta que se entrevé o supone en una persona o en una acción— del decir del sujeto es trastocado por la del sujeto del inconsciente, en la medida que lo excede desde lo más íntimo, imputándole su huella. Uno de los más gloriosos lapsus de estos días lo ilustra un pasaje de la entrevista de Alejandro Gaviria en una emisora al inicio de la presente semana.

Septiembre comenzó con malos presagios para el futuro de Colombia que le plantea Alejandro Gaviria como posible candidato presidencial para el 2022; pues, de su propia palabra, el lunes 30 de agosto de 2021 cuando en una entrevista para LA FM anunció;

Yo conozco a Alberto Carrasquilla hace 25 años. Es, probablemente, la persona que más sabe de política monetaria en el país, conoce ese tema, conoce el Banco de la República por dentro, fue su director de investigaciones económicas en los años ochenta. Es una voz importante en debates que vendrán sobre la independencia del Banco de la República. […] Tuvo un paso polémico por el Ministerio de Hacienda, pero yo creo que es un buen nombramiento. Nadie puede disputar los pergaminos académicos de Alberto.

Como no habría de acabar pasando de otra manera, esas palabras retumbaron en las redes sociales casi de manera inmediata en una ola masiva de criticas que le llegaron desde todos los flancos a Gaviria, recordándole los tan conocidos escándalos del exfuncionario en torno a la Reforma Tributaria y los Bonos Agua. Desconociendo, básicamente, los actos masivos a nivel nacional de la ciudadanía en los últimos años y meses en contra de ello. Por lo que, como buen político, salió a retractarse. Y entre sus excusas más bien pobres y que incluso resultan una ofensa a la inteligencia expresó:

He dado decenas de entrevistas. Muchos temas. Es difícil tener siempre capacidad de discernimiento. El repentismo lleva con frecuencia a los errores. […] Hermano, no he dormido bien estos días, era la cuarta entrevista, es un tema difícil, pues involucra mi esposa, improvisé una mala respuesta. ERROR. Nos pasa a todos

En otra respuesta también le dijo a un usuario a través de Twitter al respecto, fue que su mayor error radicó en:

No pensar antes de responder.

Todos tenemos “actos fallidos” —o lapsus—, eso nadie lo puede negar. Pero, aquí lo que se debe sopesar, es quién lo dice y en qué momento. Los precedentes más cómicos y memorables al respecto en nuestra vida política de manera reciente, son por ejemplo, “los  penes y los panes” de Maduro o el de María Fernanda Cabal sobre la ‘actual existencia’ de la Unión Soviética

Si bien los actos fallidos son un concepto que nos lo otorgó Freud, en el que su explicación encuentra sustento en el hecho en que estos son auténticos actos del sujeto en los que la verdad inconsciente toma la palabra para hablarnos, al igual que toma el cuerpo para expresarse a través de los síntomas. Es decir, los actos fallidos son formaciones del inconsciente, pero también son las vías que el inconsciente utiliza para hablarnos. Así que, resulta intrigarte el preguntarse sobre qué nos quería hablar ese lapsus de Gaviria al hacer esas declaraciones. ¿Qué verdad se le ‘escapó’?

Alejandro Gaviria. Ex viceministro de Salud de Colombia y ex rector de la Universidad de los Andes. Actual pre-candidato a la presidencia de Colombia.

Gaviria nos quiso vender su ‘error’ como si de cualquier lapsus se tratase. Pero, Freud nos enseño que ellos —los actos fallidos— también otorgan la posibilidad para que el inconsciente hable a través de sus formaciones, pero es necesario que alguien lo escuche para ser descubierto en su decir. Es evidente que la primera escucha privilegiada fue ejercida por Sigmund Freud. A partir de ella, el psicoanálisis, en su práctica, permitiría hacer legible al inconsciente, posibilitando la extracción de un saber inédito, en tanto ‘ignorado’ por el sujeto. Ello tendría que ver con el empuje de una verdad reprimida y que no puede ser revelada de inmediato, pero que el acto fallido pone en primer plano. Es la tendencia a manifestarse de una verdad incómoda para el sujeto.


De tal forma que, quizá la verdad incómoda que este acto manifiesta para Gaviria sea que, en el fondo, no es parte de algo distinto de esa realidad que solo genera desasosiego a millones de personas a cada día al encender la radio, la tv o leer el periódico. Me refiero a todo aquello que compone ese espectro político tradicional en este país del que evidentemente, él también quiere ser parte. No hay casualidad en esto, no en este contexto, es más el término casualidad aquí debería eliminarse, pues en lugar de ser fruto de ella, estos actos —como ya lo expresó Freud— surgirían como importantes actos psíquicos que deben su génesis, como ya quedó explicado, a la oposición de dos intenciones distintas, una primera consciente, y una segunda perturbadora, de naturaleza inconsciente.  

Las declaraciones de Alejandro Gaviria sobre Carrasquilla permiten reconocer que, detrás de todo ese lapsus se puede sondear un deseo inconsciente, el cual se desliza por la cadena significante, importunando al sujeto que lo pronunció. Pero, ¿cuál podría ser ese deseo? ¿llegar a la presidencia para rodearse de los mismos de siempre para seguir en la mismas, acaso?
Hay un viejo adagio que dice, ‘el diablo está en los detalles’. Lacan lo sabía bien, por ello, motivado por las enseñanzas de Freud, afirmaba que, de hecho, en el psicoanálisis, los efectos de verdad asoman por las vías de la equivocación, del embuste —en alemán, Unbewuβte— inconsciente —como en el lapsus— el acto verbal que impropiamente se llama “fallido”. Por lo que,  

Nuestros actos fallidos son actos que triunfan, nuestras palabras que tropiezan [los lapsus] son palabras que confiesan. Unos y otros revelan una verdad de atrás. En el interior de lo que se llama asociaciones libres, imágenes del sueño, síntomas [y lapsus], se manifiesta una palabra que trae la verdad. (Lacan 1981: 386).

El lapsus se ofrece tanto en el análisis de discurso como en el psicoanálisis, cual poema que reclama ser interpretado dado su riqueza intrínseca. Hacia el final de su enseñanza, Lacan aborda las formaciones del inconsciente por la vertiente de la poesía, y dice, a propósito de ello que,

Consiste en servirse de una palabra para otro uso para el que estaba hecha, se la arruga un poco, y en el arrugamiento mismo reside su efecto operacional” (clase del 17 de mayo de 1977, inédito). Entonces, para Lacan, el inconsciente es poeta.

Las palabras de los políticos siempre han debido ser tomadas con pinzas, más aún cuando nos las intentan vender como un simple error por falta de sueño. Y si además, se tiene en cuenta que, quién nos las ofrece, tiene alma de ‘poeta’ con sus libros tan llenos de ‘esperanza’. Quién diría que esos libros de cuestiones existencialistas de Gaviria, solo se vieran lindos sobre papel. No obstante, el aspecto poético no está del lado de la interpretación per se, sino en el resto de verdad que allí se pone en juego: “Yo, la verdad, hablo”, diría Lacan empleando la prosopopeya, puesto que la verdad del psicoanálisis habla sin preocuparse por adecuarse a la cosa. Y ella —la Verdad— continúa diciendo: 
Soy pues para vosotros el enigma de aquella que se escabulle apenas aparecida, […] Yo vagabundeo en lo que vosotros consideráis como lo menos verdadero por esencia: en el sueño, en el desafío al sentido de la agudeza más gongorina y el nonsense del juego de palabras más grotesco, en el azar, y no en su ley, sino en su contingencia (La Cosa freudiana, 1984: 393). Así, las palabras, tanto para el psicoanálisis como para la poesía, se dicen para significar otra cosa.
Los profesionales de gran prestigio y éxito saben que, deben hacer alusión al amor al detalle, y esa virtud se presenta como un algo imprescindible para entender el acto fallido, algo no solo defendido por los psicoanalistas, sino también por los grandes de la literatura como Nabokov. Él decía a sus alumnos: Acaricien los detalles, los divinos detalles. Los detalles han hablado mucho esta semana ya por Gaviria. 
Alberto Carrasquilla. Ex viceministro de Hacienda de Colombia y recientemente nombrado co-director del Banco de la República.
De modo que, la pregunta que surge de inmediato a este punto debe ser: ¿Es correcto decir que tales actos —como los que cometió Gaviria en esa entrevista— son fallidos? Pues, bien, como Alberto Estévez subrayó en su momento, la tesis freudiana nos enseña precisamente que estos actos, en realidad, no son fallidos, sino totalmente correctos. De ahí que, Freud no aprobaría esas declaraciones del ahora precandidato como un simple error por falta de sueño. Al contrario, como Lacan planteó,

Todo acto fallido es un discurso logrado, incluso bastante bellamente construido.

En ese sentido, Alejandro Gaviria ha construido bellamente el camino ideológico y pragmático  que marcará una posible gestión pública suya. Lo que revelaría que el futuro que le plantea Gaviria a Colombia con su visión y participación como actor político público, solo sería una reiteración de la misma amalgama de desgracias sociales que este país ha vivido, y que los primeros indicios evidencian con él, sería un ciclo reiterativo que no tendrá fin en un futuro cercano. 
Camina hacia el futuro

Yeisson X

Médico especializado en Neurología. Abogado con énfasis en Derecho Penal. Bueno, todo eso querían en mi familia. Estudié Comunicación Social – Periodismo, escritor y buen amante.