Hay un lastre con el cargamos todos;
Podrá tener muchos nombres
Y muchos rostros,
Pero se siente igual en casi todos,
Está relacionado con la ciencia
Pero sobre todo con el corazón;
Es un lastre eterno en la vida,
Que le conocemos bajo el nombre
De decepción.
Los científicos lo relacionan
Y estudian por la mente,
Pero, debería ser objeto de estudio
De los Físicos también;
O de qué otro modo, explicar
Qué casi que pudiéramos en ocasiones,
No solo tener la convicción de que se puede sentir
sino hasta medir.
Muchos creen que ella solo se encuentra
En los puntos más bajos,
Se engañan,
Ella suele estar en los puntos
Más altos también.
Decepción es un peso en mi corazón,
un ancla que nos hunde en la ofuscación,
Es la antesala de casi toda desazón.
Hay quienes la ven
Como una nube,
Otras dicen avistarla
como una espesa niebla;
En todo caso, bajo el mismo efecto;
Encargada por misteriosas razones
De ocultar bajo sí,
valles y horizontes completos.
Es un lastre en la existencia,
Pero, quizá necesaria;
La decepción marca y transforma,
Más no puede por sí misma
Definir toda presencia,
Y por muy amplia y extensa que sea,
No logra cubrir todo camino,
Más nos da herramientas
Para apreciar la alegría que después nos encuentra.