A la hoy tan criticada congresista mencionada en el título, muchos le hacen una invitación pertinente para que le sirva como parta esencial de un replanteamiento de sus acciones y pensamientos en su cargo actual. Un recordatorio del papel de la Ética en su cargo, en nuestro tiempo y en nuestra sociedad.
Para ello, nada como algo muy valioso que nos fue brindado hace un buen tiempo ya, se trata de la obra de Adela Cortina, ¿Para qué sirve realmente la ética? Esta obra reflexiona desde una perspectiva moral sobre las acciones y dinámicas que nos han llevado a la situación de crisis y desafección ciudadana actual (en especial para los que gobiernan y hacen las leyes), y efectúa una cruzada por la recuperación de valores morales como la justicia y la igualdad para construir ciudadanos/as decentes, como también de instituciones justas y fiables.
Muchos quieren creer que, la congresista sabe, pero no atiende el hecho bien entendido que en el marco social en que nos encontramos, el establecimiento de compromisos y la confianza se convierten en el eje central de las relaciones; pero cuando ambos valores son vapuleados, se generan sociedades con grandes sufrimientos, que permiten y apoyan (en su desatención) el crecimiento y fortalecimiento de inclusive, resentimientos. Si ella llega a leer a la Filósofa Cortina; sabrá o recordará que la moral tiene algo que ver con no dañar, pero no siempre y no sólo con eso; porque sobre todo tiene que ver mucho con no defraudar la confianza.
Con el debate actual acerca de la contratación de su posible pareja como su asesor con un salario que ronda los 10 millones de pesos; teniendo en cuenta que es una persona que no estuvo ni cerca de culminar sus estudios y con una muy debatida aprobación de experiencia laboral en el sector educativo; Susana Boreal olvida o desconoce que existe resulta indispensable incorporar en la propia ética una ética del cuidado como una base irrenunciable de nuestra conducta y de nuestras sociedades, no obstante es algo que conseguimos a través de nuestra capacidad para valorar lo bueno y desvalorar lo malo. En el caso de su pareja no lo está demostrando. En eso ella, con todas estas polémicas que la están rodeando desde hace un par de meses por diferentes índoles, está pasando por alto. Quizá el costo de ello, sea costosísimo y no solo para ella. Sino para los jóvenes que vienen detrás de sí.
Qué alguien le diga o le recuerde a la congresista Boreal que, la cooperación inteligente es uno de los principios básicos de funcionamiento de la vida social, debido a la racionalidad maximizadora heredada del mundo económico. A veces el consenso en ese sentido, no le resultaría descabellado.
Es curioso y hasta lamentable que ella que hizo parte como proyecto político en que diferentes grupos humanos y políticos colombianos son la fiel prueba y demostración que, si han sobrevivido, lo han hecho gracias a su capacidad de crear lazos internos, pactos de ayuda mutua con todos aquellos que nos son necesarios para sobrevivir y prosperar. Porque aquello que viene del convencimiento y el compromiso personal, se debe promover a través de las convicciones morales hacia la comunidad. En eso ella es contraproducente para sí misma y para el denominado Pacto Histórico.
A la congresista le vendría bien saber o recordar que, en la sociedad actual, existe una predominancia en la cultura científico-técnica que ha dificultado que diferenciemos entre lo que son buenos profesionales y lo que son ‘simples’ técnicos; así que en estos tiempos de crisis “se ha echado en falta la presencia de buenos profesionales”. Profesionales conscientes de que en el desarrollo de su actividad, no se están sirviendo a sí mismos, sino “a una tarea que les trasciende”. Por ello, ella en su cargo legislativo debería entenderlo de mejor manera.
Desde hace más de 2.000 años se nos heredó la distinción aristotélica que permitió distinguir entre las acciones que solamente valen en relación con el fin que se busca con ellas; y las que son valiosas por sí mismas, porque “encierran un bien que deseamos alcanzar”. Esto supone que aquellas personas que se incorporan a las actividades que repercuten en la vida de los demás, deben ser fieles a dicho propósito y no anteponer sus individualidades. Qué alguien le comente a Susana que la búsqueda de la excelencia en el desarrollo profesional y en nuestro día a día supondría un respiro en estos tiempos de desilusión, ya que la virtud ejercitada por los excelentes repercute en la vida social de su comunidad. Construir comunidades justas es una de las cuestiones que se tratan a lo largo de casi todas las obras de ética y de la moral, y esto se consigue en la medida en que se pueda construir una democracia auténtica. Qué personas como Susana no nos hagan retroceder más, por favor.
Es curioso, ahora, recordar que Adela Cortina en su obra, hablaba de una democracia emotiva en el que las mayorías se forman por manipulación de los sentimientos de los ciudadanos. Pues, Bien, no olvidemos cómo Susana llego al puesto que tiene hoy en el congreso. Aunque si bien la autora menciona el concepto de la democracia agregativa el cuál reconoce la posibilidad de desacuerdos en sociedades pluralistas, pero se opta por sumar los intereses individuales y satisfacer los de la mayoría. Debería de ser lo que debiera hacer la congresista, pero no lo ha logrado.
De suerte que, como nos enseña Adela Cortina y que le serviría enormemente aprehender a la desprestigiosa campaña de marketing en la que de manera voluntaria o no la congresista Susana Boreal se ha sumergido con fiereza; en el que es necesario comprender y apropiarse de la necesaria sensibilidad para percatarse en el hecho en que somos capaces de escoger nuestro rumbo en la vida, y el papel que cumplen las instituciones en la responsabilidad que tienen con y para la sociedad así como de las necesidades morales de la sociedad y señala los ámbitos de mejora donde todos/as debemos trabajar conjuntamente. Espacio de gran trabajo para ella. Recordando también un hecho clave, y es que no existe el individuo aislado como tal, sino que las comunidades funcionan porque nos encontramos conectados los unos a los otros, somos seres dependientes y nuestra vulnerabilidad nos permite apreciar la importancia que tienen valores como la coherencia, la honestidad, la justicia, la felicidad y hasta la cooperación. Buena suerte Susana, porque a pesar de usted misma, aún puede lograr cosas valiosas.