Por: Yeisson X
Considerado de manera casi unánime como el padre fundador de la Termodinámica estadística -al proponer la interpretación probabilista del segundo principio de esta rama de la física-; Las investigaciones de Boltzmann condujeron a la armonía entre la reversibilidad propia de la física clásica, atemporal y la irreversibilidad característica de estos procesos. Además de acarrearle choques con algunos de los intelectuales y académicos más destacados de su tiempo por sus propuestas. Circunstancias que le condujeron al rechazo y hasta aislamiento intelectual en su época.
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Foto de edición propia. |
La obra científica y filosófica del físico austriaco Ludwig Boltzmann (1884- 1906) ha sido una de las más extensas y ricas de la época moderna; él la hizo posible en medio de un entorno de profundas transformaciones en las concepciones científicas con relación a las teorías clásicas, la labor de Boltzmann sirvió a manera de conexión. como aquel puente entre la Física newtoniana y la nueva Física (la cuántica y relativista).
Sus aportes a la Mecánica estadística, la Termodinámica y el Electromagnetismo, bajo cualquier criterio sensato, serían suficientes para considerarlo como uno de los más importantes científicos de finales del Siglo XIX e inicios del XX. Aún así, su trabajo de investigación fue complementado con importantes aportes a la Filosofía de la Ciencia, en la que se sumergió no sin cierto recelo, pero que luego hallaría como un campo fértil de sus hipótesis para el planteamiento de nuevos paradigmas. En cuanto a sus aportes pedagógicos, Boltzmann, realizó a lo largo de su vida una intensa labor en las principales universidades austriacas, lo que corrobora la amplitud de sus intereses y la profundidad de su intelecto.
En su tumba en Viena, está grabado desde 1933, una modesta inscripción (S = K log W) el cual resume una de sus más importantes contribuciones al campo científico. Baste decir que, entre otras varias cosas, el concepto de entropía, tal y como lo conocemos hoy en Física Estadística o en la teoría de información es obra casi exclusiva de Ludwig.
Es difícil -además de incorrecto e injusto-, separar en Boltzmann su pensamiento físico y filosófico -pues, desde ambas facetas, él logró con éxito integrar sus estudios sobre Mecánica, Física Molecular, Termodinámica y Electromagnetismo con las ideas filosóficas que eran temas candentes en la ciencia de aquella época-. Así que, ambas vertientes eran indisolubles y complementarias en él. Se dice que él mismo nunca se consideró un filósofo sino un científico que debido las circunstancias en las que se encontraba sumergido, se vio en la necesidad de desarrollar su labor investigativa, que era caldo de cultivo de nuevos descubrimientos e hipótesis novedosas, que ponían en tela de juicio el conocimiento precedente, a hacerlo desde el campo de la filosofía de la ciencia. Básicamente, en sus trabajos se pueden hallar dos claras posiciones: 1. Su defensa del atomismo. 2. Sus ideas acerca de la naturaleza de las teorías científicas. Es en este último, en el que se halló con más fervor su enfrentamiento al positivismo extremo preponderante de la época, representado por las corrientes energetistas y fenomenistas. Al igual que otros ‘herejes’ en el pasado, él es un ejemplo de la firmeza y la valentía con las que un intelectual y científico honesto debe defender sus ideas aún en las condiciones más adversas.
Hay una frase de Boltzmann que muestra de manera inequívoca su opinión sobre la colaboración simbiótica que debía existir entre la filosofía y el pensamiento científico y la importancia de ambas vertientes del conocimiento humano:
No he evitado aquí cuestiones filosóficas con la firme esperanza de que la colaboración entre filosofía y las ciencias de la Naturaleza dé a ambas nuevas perspectivas. Solo de esta manera podremos expresar verdaderamente nuestras ideas con suficiente consistencia.
Su triunfo sobre estos personajes que representaban estas corrientes científicas, radica en que sus aportes desde el punto de vista metodológico en el planteamiento de las hipótesis y en la comprobación, resultan de validez actual.
Boltzmann, fue un’hereje, pero también él fue transición, todo un precursor. Fue puente entre esa física post-newtoniana, la relativista y la cuántica. Liberó al pensamiento científico, de ese antiguo dogma que lo ataba y lo restringía. Hoy sus descubrimientos se utilizan hasta para intentar determinar la muerte de los agujeros negros. Crédito de ello, es lo que Stephen Hawking aportó con ello.
En el campo científico se califica su obra como imperecedera. Precisamente, por considerar que logró derribar ideas tan fuertes y enraizadas en muchos de los hombres a los cuales tuvo que enfrentarse. No obstante, es muy que sea precisamente, que estos mismos errores y la posición ciega defendiendo su ideal científico filosófico fuera el catalizador de la revolución en el pensamiento científico y filosófico que se apresuraba.
Un choque de paradigmas
Si bien las ideas atomísticas no son nuevas en el cuerpo de conocimiento de la ciencia, no fueron aceptadas hasta entrado el siglo XX. Ya desde la antigua Grecia, aparecen sus primeros antecedentes, específicamente desde los manifiestos en Demócrito de Abdera y Tales de Mileto. Dichas ideas estuvieron prácticamente en el olvido hasta las investigaciones del científico Ingles John Dalton. A partir de este momento se dio inicio a una dura guerra sin cuartel entre los defensores y los detractores de la teoría atómica de la materia, la cual se prolongaría durante todo el siglo pasado, y que culminaría con la victoria de los atomistas, en principio, en 1905 en virtud del brillante trabajo de Albert Einstein a propósito del movimiento browniano.
Su aislamiento intelectual se produjo por consecuencia de sus profundas convicciones atomistas, pues el abogar por ellas, le condujo a enfrentamientos, no leves con grandes intelectuales, abanderados por Ernst Mach; Ernst Zermelo, Wilhelm Ostwald -quien es el padre de la fisicoquímica-.
Quien más se desplegó en sus ataques contra Boltzmann fue Ernst Mach. Sus mismos escritos parecen como si se hubieran realizado can el empleo del ácido más corrosivo, en lugar de tinta. No obstante, a la postre Mach de desacreditar con tal actitud; fue quien más se perjudicó a sí mismo. En la opinión de muchos físicos, como por ejemplo el de Einstein, quien hablando probablemente de los energetistas y de Mach escribió lo siguiente:
Los prejuicios de estos científicos se pueden atribuir indudablemente a su punto de vista positivista. Es, un ejemplo interesante de cómo los prejuicios filosóficos impidieron una correcta interpretación de los hechos -incluso- a científicos de inteligencia aguda y de intuición sutil.
Resulta irrisorio, pero los ‘argumentos’ de estos prominentes detractores en contra de Boltzmann, , eran esencialmente, dos: 1. Los átomos y moléculas no pueden verse, por lo que su existencia carece de garantía. 2. la energía no admite degradación de su calidad. Por supuesto, en nuestra época tales afirmaciones no tienen ningún valor académico.
Por fortuna, para todos hoy, el atomismo triunfó. Ya que los aportes más espectaculares de la ciencia de nuestro siglo se han apoyado en la validez de la existencia de átomos y moléculas; experimento tras experimento, se ha corroborado una y otra vez de tal manera. Como ejemplos de lo anterior, se tiene hoy la teoría cuántica, la mecánica ondulatoria; además de los profundos campos investigativos de la teoría moderna sobre orden y caos, junto con los desarrollos recientes en las investigaciones acerca del origen y evolución de la vida, con fundamento en el paradigma de la auto-organización de la materia.
De lo anterior, la respuesta mas atinada, y lapidaria, a esta pregunta la ofrece otro gigante del siglo pasado, Max Planck, cuando expresó:
Una verdad científica nueva no triunfa porque convenza a sus detractores y les haga ver la luz, sino porque estos acaban par morir y sube una nueva generación que está familiarizada con ella.
La muerte de Boltzmann
En la actualidad se proponen dos hipótesis acerca del suicidio de Boltzmann. La primera de ellas alude a una combinación de problemas de salud física (asma, perdida progresiva de la visión y dolores de cabeza agonizantes) y mental (depresión maníaca); según esta propuesta de explicación, las causas primarias de tales afecciones habrían estado vinculadas con el exceso de trabajo y cuya ambición temeraria al tratar de desembrollar los misterios de lo que se conoce como la flecha del tiempo. La segunda hipótesis plantea como detonante de dicho suicidio, el rechazo caustico de la mecánica estadística de Boltzmann par parte de Mach” Ostwald, entre otros; quienes desaprobaron la invocación de átomos y moléculas.
En la introducción del libro THE ARROW OF TIME de Peter Coveney y Roger Highfield, se relatan los tristes acontecimientos del 05 de septiembre de 1906 como sigue:
La señora Boltzmann se llevo el traje de su esposo consigo al mismo tiempo que ella y su hija salían para un balneario en la Bahia de Sistiana. Fue entonces cuando su esposo cometió el acto con irreversible final. El ató una cuerda corta a los travesaños de un marco de ventana e hizo un nudo corredizo alrededor de su cuello. Su hija Elsa regresó para encontrarlo ahorcado.
Si bien estos autores continúan destacando que el suicidio de Boltzmann es uno de los ejemplos mas vividos de las burlas y frustraciones de la dirección del tiempo a aquellos que buscan desembrollar sus misterios. Su pérdida se sintió hondamente, tanto que uno de sus antiguos alumnos escribió:
La muerte de Boltzmann es uno de los sucesos trágicos en la historia de la ciencia, tal como la decapitación de Lavoisier y el aplastamiento de Pierre Curie bajo las ruedas de un carruaje. Es lo más trágico que sucedió en la mismísima víspera del triunfo definitivo de sus ideas.
De todos modos, la tumba misma de Boltzmann, con su celebre epitafio, se he constituido en un recordatorio del predominio actual de sus ideas. Pues, en esencia, no se concibe el trabajo actual en termodinámica sin el recurso de la mecánica estadística, so pena de calificársele de decimonónico.